martes, 30 de septiembre de 2014

04.00.1920 Los Despoblados en Geografía Histórica de Navarra

Por JULIO ALTADILL en Geografía Histórica de Navarra

..... pueblos que se han extinguido o perdido su calificación de lugares, aldeas, villas, etc., á la vista sus vestigios y los restantes subsisten todavía pero reducidos á la condición de caseríos, señoríos ó casas y granjas de labranza...


De Don Sancho el Mayor a D. Juan II, de éste al Rey Falsario, desde 1512 á 1830, regidos por Virreyes decorativos; he aquí el drama en tres actos y nueve siglos durante el cual interregno, desaparecen pueblos, se destruyen y hunden fortalezas, se extinguen Monasterios.....

He aquí las tres etapas de la transformación Navarra en su Geografía y en su Historia: de Reino independiente á Provincia tributaria.....

En la desaparición de algunos pueblos influyeron las guerras, (..) donde la vida se hizo imposible
por el malestar de las alternativas invasiones con su secuela de incendios, matanzas, devastaciones y saqueos (a) La proximidad de castillos ó fortalezas produjo el abandono de otros pueblos, porque el vencedor en su saña implacable midió por igual rasero á la guarnición sitiada que al vecindario próximo y á la hacienda de éste; de ello se dan ejemplos en las fronteras aragonesa y castellana, como también en las luchas civiles entre Don Juan II y el Príncipe de Viana. (b) Las pestes y epidemias son asimismo causa bastante de otras despoblaciones. (c) No pocas veces el exceso de rentas y tributos.
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(Introducción completa y extraídos los Despoblados de la Val de Aibar)

GEOGRAFÍA HISTÓRICA DE NAVARRA
LOS DESPOBLADOS      (Julio Altadill)  (extraido Val d´Oibar)

El concepto de Geografía histórica envuelve el conocimiento de la Geografía en los tiempos pasados, ó lo que es igual la descripción de la tierra tal como en dias remotos, se halló poblada por el hombre, cubierta por los bosques, cruzada por las vías de comunicación, canales, pantanos, etc. y provista de los demás elementos que la inteligencia humana ha creido necesarios para vivir en este planeta.

Ceñidos á la Geografía histórica de Navarra, deberemos incluir por consiguiente en el presente estudio, la enumeración de los pueblos que existieron, monasterios deshabitados, castillos arruinados ó desaparecidos, vías de comunicación extinguidas, nombres geográficos ya en desuso, etc., motivos todos que abarcados de un solo esfuerzo constituirían un grueso libro. Mas como nuestros conocimientos al presente no alcanzan á tanto, habremos forzosamente de concretarnos á las noticias hasta la fecha adquiridas y quedará reducido este trabajo á las modestas proporciones de un ensayo. Caben también en este estudio los distintos límites de Navarra, que por sus cuatro puntos cardinales han experimentado grandes variantes, pero este tema ha sido ya bastante tratado por los historiadores, consideración que nos impele á omitirle ahora.

Pondremos la primera piedra y dejaremos á otros la labor de completar el edificio sobre el plano ó programa general que dejamos trazado.

Ruego ante todo que no se me atribuya arrogancia al acometer esta labor conociendo como ya he declarado su dificultad: mi ignorancia (y como tal atrevida), no pretende, lo repito con toda sinceridad, dar cima á empresa tan difícil como esta, ni aun á otras que lo sean menos: aspiro tan solo á aportar en esa obra compleja unos pocos materiales, todos los de que dispongo, tal vez los más asequibles; cuando los haya presentado tendrán muchos defectos—no lo dudo— quedarán muchas lagunas y huecos; habrá grandes vaguedades é indeterminaciones, pero como pudiera mi ejemplo mover á otros más competentes geógrafos é historiadores, á continuar, prolongar y aun completar la obra, podrá atribuírseme la iniciativa y aunque sea mi estudio pobre y raquítico, todos reconocerán que si me he expuesto á la censura pública ha sido con ánimo plausible de que Navarra llegue á ser la primera región (2) que en España, sin divagaciones ni teorías, acometa una obra de la cual dijo nuestro familiar D. Pedro Madrazo el año 1882 en la Real Academia de la Historia lo siguiente: “Tenemos abierto con plazo indefinido, en atención á la „importancia del asunto, un concurso al cual nadie se presenta. Si „continúa el retraimiento, el mapa de España de fines del siglo XVI, „será un verdadero desideratum, al cual por fin tendrá que atender „alguna comisión de esta Academia„; y en efecto, hoy, á los 35 años de aquella lamentación, no se ha acometido la empresa, si bien mi querido condiscípulo y comprofesor, el Excmo. Sr. D. Antonio Blazquez y Delgado, Académico de número de la Real de la Historia y geógrafo distinguidísimo, ha dado á conocer las fuentes y materiales existentes para llevar a la práctica la descripción y mapa de la Península en el repetido siglo XVI, labor de grandísimos merecimientos digna de los mayores aplausos y erizada de muchísimos escollos.

Seremos breves en este preámbulo, pero no tanto que nuestro laconismo alcance censura por deficiencia en las causas y fundamentos del estudio que ensayamos.

Varias veces mis lectores habrán tenido ocasión de contemplar algún mapa antiguo del Reino Navarro: en mi Geografía general de Navarra (tomo 1.º Barcelona-Alberto Martín) presento dos de ellos, ambos del siglo XVII (Amsterdan), el primero de Juan Lanssony y el segundo de la Geografía Blaviane; seguramente al comtemplar esos gráficos se ha experimentado extraña impresión, y despertado cierta curiosidad, surgiendo desde luego la comparación del pasado con el presente, es decir, que instintivamente, sin darnos de ello cuenta, ha descubierto nuestra imaginación la relación íntima que existe entre la Geografía y la Historia, no precisamente por la Orografía presentada en perspectiva y por la ausencia de vías de comunicación, sino por la diversidad de nombres que hallamos entre aquellos y un mapa contemporáneo. El desideratum de la tarea que ahora acometo, sería el formar otro más antiguo Mapa, que se ciñera á siglos más remotos y á las poblaciones, castillos, monasterios y vías de comunicación de aquellos dias lejanos, mucho más todavía de lo que se desprende del “Discurso de Juan Bta. Antonelli sobre la defensa de las fronteras de Navarra y Guipúzcoa„—(Pamplona 6 Diciembre 1569). Si mi idea, tal cual la concibo pudiera llevarse á la práctica, la fisonomía del país, con sus pueblos y caminos, fuentes, bosques, fortalezas, monasterios, ermitas, etc., etc., se nos presentaría ante la vista como una Navarra resurgida, distinta de la actual, con toda la gama de transformaciones físicas en el suelo que poblaron nuestros antepasados. Adivinará quien me siga en estas líneas, que la realización de mi plan raya en lo imposible; y así se explica que á pesar de la importante recompensa ofrecida durante muchos años al mejor mapa español del siglo XVI, por la Real Academia de la Historia, ni un solo geógrafo ni historiador haya optado al espléndido galardón. “..... falta la base científica y sobra la erudición clásica„ dice concisa y precisamente mi respetable amigo Don Ricardo Beltrán y Rózpide (1) á propósito del fracasado intento.
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La primera parte de nuestra labor abarcará las poblaciones que en cualquiera siglo existieron y se titulará “Los despoblados de Navarra.„ Incluiremos en este grupo aquellos pueblos que se han extinguido ó perdido su clasificación oficial de lugares, villas, etc., de los cuales muchos han desaparecido en absoluto; otros presentan á la vista sus vestigios y los restantes subsisten todavía pero reducidos á la condición de caseríos, señoríos ó casas y granjas de labranza; procuraremos precisar la situación que ocuparon y alguna noticia histórica comprobante.

La segunda parte incluirá los monasterios hoy abandonados pero de los cuales resten indicios de su situación y pasado.

La tercera comprenderá los castillos, fortificaciones y casas fuertes, con alguna expresión de la posición que ocuparon é historia si ellos la tuvieron y nosotros la poseyéramos.

La cuarta se reducirá á una breve enumeración y trazado indeciso de las vías de comunicación, que no serán otras que las vías ó calzadas romanas, de las cuales son muy pocos pero apreciables los indicios hoy existentes.

Daremos finalmente un índice de poblados que tuvieron nombre distinto del que llevan actualmente y prescindiremos de los demás
elementos enunciados, bosques, canales y pantanos, por ser de escaso influjo su conocimiento, en la historia de Navarra.


LOS DESPOBLADOS DE NAVARRA

Confieso con toda ingenuidad que cuando en 1910 dí comienzo á la reunión de datos y noticias de esta índole, experimenté singularísima extrañeza, al observar con cuanta facilidad surgían en mis investigaciones nombres y más nombres de extinguidas (3) poblaciones en términos que si hoy con tales títulos constituyéramos el Mapa de este antiguo Reino, nos resultaría completamente desconocido y produciría en quienes contemplaran ese trabajo, súbita sorpresa, la misma que yo he experimentado diluída en largo lapso, de tiempo y de estudio.

Las líneas fronterizas del Este, Oeste y Sur del Reino navarro erizadas de fortificaciones y castillos, (la comarca tudelana especialmente); los valles de Araquil, Orbea, Imoz, Arce, Izagaondoa, Olaibar, Gulina y algunas Cendeas, en que tantos nombres ya no suenan de pueblos y lugares desaparecidos; Leire, Iranzu, Eunate, Santa Gema, San Salvador, San Zacarías, San Tiburcio, el Urdaspalense y tantos otros monasterios faros de humano saber, algunos de ellos hoy montones informes de labrados sillares, que surgirían en ese mapa como nuevos Lázaros evocados por la voz del historiador; Val de Lana, Val de Erro, Cascante, Lodosa, Atondo, Araceli, las cuencas del Arga y del Ega, con sus vías típicas del tiempo de los Césares, nos producirían la idea de una Navarra nueva, cuando en realidad de verdad, no sería tal, sino una Navarra vieja, con las tintas y colores, los puntos y las líneas desvanecidas por el transcurso de los siglos que la Historia haría resurgir ante nuestra vista confundida y asombrada, contemplando la transformación física del Reino navarro, como cerrados los ojos á la luz del día y abierta la imaginación al libro de nuestro ayer, nos confundimos y asombramos ante el contraste que las centurias nos presentan en el orden social, en el político y hasta en el religioso.

De Don Sancho el Mayor á D. Juan II, de éste al Rey Falsario, desde 1512 á 1830, regidos por Virreyes decorativos; he aquí el drama en tres actos y nueve siglos durante el cual interregno, desaparecen pueblos, se destruyen y hunden fortalezas, se extinguen Monasterios..... He aquí las tres etapas de la transformación Navarra en su Geografía y en su Historia: de Reino independiente á Provincia tributaria.....

En la desaparición de algunos pueblos influyeron las guerras, especialmente en los confines guipuzcoanos, donde la vida se hizo imposible por el malestar de las alternativas invasiones con su secuela de incendios, matanzas, devastaciones y saqueos (4) La proximidad de castillos ó fortalezas produjo el abandono de otros pueblos, porque el vencedor en su saña implacable midió por igual rasero á la guarnición sitiada que al vecindario próximo y á la hacienda de éste; de ello se dan ejemplos en las fronteras aragonesa y castellana, como también en las luchas civiles entre Don Juan II y el Príncipe de Viana. (5) Las pestes y epidemias son asimismo causa bastante de otras despoblaciones. (6) No pocas veces el exceso de tributos. Y finalmente como aconteció en el valle de Araquil en días de Don Carlos el Malo, la excesiva aglomeración de poblados en poco terreno impedía su desarrollo y se estimó conveniente agrupar estos formando poblaciones mayores, con agregación de los términos respectivos. (8).

Dicho lo que precede, y no sin evocar de nuevo cuantas salvedades, sin falsa modestia, quedan declaradas insertamos á continuación el catálogo de

DESPOBLADOS VAL D’OIBAR

ABAIZ
Señorío titulado Abaiz de Lerga, residuo del antiguo pueblo de ese mismo nombre ya extinguido casi totalmente y reducido á esta condición mínima, con 3 edificios, 11 habitantes, varias fuentes naturales, un lavadero y una modestísima iglesita, probablemente la parroquia ancestral que no conserva ya su advocación de la Santa Cruz, cambiada por la de Santa Elena; es obra reformada en el siglo XVII, de 12 metros de larga por 5 de ancha y ostenta en su puerta principal, mejor dicho única, un tejaroz sobre la misma, constituida por dos arcos de medio punto, entre los cuales aparece un monograma tosco y vetusto, procedente sin duda de la primitiva iglesia.
Subsisten todavía á la vista, vestigios de ocho edificios más y escarvando
se hallan líneas de cimentación en varios sentidos, pero borrados
ya de flor de tierra.
Ocupa una estribación del monte llamado de Abaiz, derivación á su vez, de la montaña de Orba que forma de Norte á Sur un semicírculo, por el lado de Poniente, y abriga de los vientos de esas tres direcciones al humildísimo caserío, porque dicha montaña alcanza en esa parte limitando el valle, notable elevación.
Dista de Lerga 2 kilómetros, de Aibar 2 leguas y 3 de Sangüesa.
Depende en lo eclesiástico de Eslava y en lo civil de Lerga; se halla en término municipal de Lerga y pertenece al valle de Aibar.
Dos regatas corren lateralmente de O. á E.; entre ambas queda el caserío, casi cercado; una se denomina Maiturri y procede del límite municipal con Ujué; y otra la de Lerga, que nace al N., cruza el término denominado “Iglesia-Aldea„ y se une á la primera poco antes de llegar á Gallipienzo. (9). De las averiguaciones practicadas resulta que en ese término de “Iglesia-Aldea„ existía en el primer tercio del siglo anterior una ermita ya arruinada. Lo más notable que se halla en este caserío es una imagen de San Pedro, cuya antigüedad puede apreciarse en más de ocho siglos, imagen sin fortuna retocada pero no tanto que pueda menospreciarse como un dato en la historia del arte escultórico; aunque hallada en el corral de unos pastores (sito al N. de la carretera á Tafalla y á 3 kilómetros del caserío, es casi seguro que esa efigie proceda de la ermita “Iglesia-Aldea„, al arruinarse la cual, algún devoto pastor la llevó consigo para evitar su destrucción..
La crónica de Abaiz de Lerga se reduce al hecho de haber sido cedido el pueblo por la Corona en 1205 á D.ª Narbona, esposa del caballero Don Martín Subiza, en permuta con los de Berrio y Aizoain, de donde parece desprenderse que Abaiz, por sí solo valdría tanto como los otros dos reunidos; en 1307 las pechas y rentas del pueblo de Abaiz, nuevamente en poder de la Corona, fueron cedidas por ésta á otro caballero navarro, Oger de Mauleón, quien al mismo tiempo gobernaba el castillo de su propio apellido.

ALDEA
Con este título existió en el valle de Aibar un pueblo, cuyos vestigios se hallan hoy á la vista, al E. de Lerga, al N. del caserío (también despoblado) de Abaiz, y á Poniente de Eslava, equidistante de los tres puntos nombrados.
Fué Señorío, reducido hoy á la condición de ínfimo caserío, que creemos pertenece al Duque de Granada.
En jurisdicción de Lerga, villa distante dos kilómetros de Aldea, hay un monte de Aldea, nombre que procede de la existencia del despoblado que nos ocupa.

AURINO
Lugar hoy desaparecido que estuvo situado en el valle de Aibar, jurisdicción municipal hoy de Gallipienzo, en la cual perdura el nombre de Aurino aplicado á un término donde apenas si asoman á flor de tierra vestigios la edificación.

BALDARRAS
Despoblado cuyos vestigios se hallan en jurisdicción de Gallipienzo, partido judicial de Aoiz.
No conocemos antecedentes históricos de este desaparecido pueblo, pero persiste este nombre aplicado a uno de los términos rurales de la villa de Gallipienzo, lo propio que acontece con el siguiente.

BALDEOSCASA ¿?
Otro de los siete despoblados que se cuentan dentro de la jurisdicción municipal de la villa de Gallipienzo en el partido judicial de Aoiz, pero del cual ningún antecedente histórico poseemos, si bien hacemos notar que hay en dicha villa un término rural que lleva este mismo nombre.

BARTOLOMÉ (SAN)
Pueblo que tuvo su situación dentro del actual término de Sangüesa, partido judicial de Aoiz.
Existen a la vista los vestigios que lo comprueban y se conserva el nombre de aquel paraje, aplicado al término rural que ocupó.
Hay otro San Bartolomé, despoblado también en la vecina comarca riojana.

BASOLAZ, BASOLLAZ, BASAOLLAZ
Creemos que este lugar fué un agregado del pueblo de Ollace, también extinguido y que probablemente estuvo situado en el valle de Aibar, sin que podamos precisar con mayor exactitud ese antecedente.
En comprobación de su existencia, podemos citar el hecho de haber sido donado este lugar y el de Ollace por el Rey D. Carlos III el Noble, a Mosen Rodrigo de Uriz y más tarde por D. Juan II a Juan de Uriz.
En 1497 fué agregado a la villa de Lumbier.

BERAGU
Otro de los siete despoblados que se cuentan en el arciprestazgo de Aibar, jurisdicción municipal de Gallipienzo. Se conserva un término rural con este mismo nombre, hallándose todavía a la vista algunos vestigios de edificación, que delatan por sus proporciones y extensión un poblado de notable amplitud.

BURGO DE CASTELLÓN
Población que se extinguió absorbida por la de Sangüesa, de la cual se hallaba muy próxima.
Su existencia independiente se halla comprobada en el fuero que a fines del siglo XI otorgó D. Sancho Ramírez al Burgo viejo, concesión que el año 1170 el Rey D. Sancho el Sabio confirmó plenamente, denominando a dicho Burgo viejo, Burgo de Castellón, de Sangüesa. (Véase Castellón de Sangüesa.)

CASTELLON, DE SANGÜESA (Véase Burgo de Castellón )
Pueblo fortificado que existió en el partido judicial de Aoiz, término municipal de Sangüesa, en una altura algún tanto pronunciada, donde se halla la ermita de Santa Margarita, de Rocaforte.
Esta población fué fundada por el Rey D. Sancho el Sabio en 1171, atendiendo a la conveniencia defensiva de Sangüesa que con respecto a Castellón ocupaba una baja situación y se veía amenazada de acometidas del vecino Reino, según consta en el Cartulario magno; y corrobora la copia archivada en Sangüesa, de la cual son las palabras siguientes. «Esta población fago a pro é »a salvamiento de mio Regno, en el pugo de Castillón sobre Sangüesa, e del »pugo e de los otros Logares que lis ey dado por términos ... » etc.
Fueron primeros pobladores Lop de Castillon, Xemen Fortuynones Daybar, y Pedrillan y Xemen Chigno y Enego Arceyz.
El mismo monarca fundador otorgó a los pobladores el fuero de Jaca que ya gozaban los del burgo de Sangüesa, denominando en esa ocasión al nuevo pueblo Puyo Castellón, señaló sus términos o mugas y concedió exención de peage y otros privilegios.

CILIA (SANTA), SANTA CECILIA
Pueblo desaparecido cuya situación fué en término de Aibar, partido judicial de Aoiz.
Dan fe de su pasada existencia algunos vestigios y un término rural con ese título.
Consta además, que en 1421 era señor de este lugar Juanico de Suescun, con la limitación de no poderle enajenar en forma alguna, como bienes afectos a mayorazgo.
Finalmente, asienta tratos de la Piscina en su Crónica y ampara el P. Moret en sus Anales, la especie de haber fundado el Rey D. García Jiménez esta villa cuyos residuos allanados, aún se divisan a flor de tierra casi extinguidos entre Lumbier y Aibar (Moret-Anales, libro IV, capítulo III).

KAPARRETA
Uno de los varios despoblados que venimos notando en el actual término municipal de Gallipienzo, partida judicial de Aoiz. Aunque ningún testimonio histórico hayamos encontrado en apoyo de este despoblado, el hecho de poderse todavía contemplar allanados residuos de edificación en el término del mismo nombre, fundamentan plenamente la inclusión de éste en nuestro larguísimo catálogo de los despoblados navarros.

IRANGOTE, IRANGOITI
Despoblado que estuvo situado en el valle de Aibar, término de Ezprogui ó de Leache, merindad de Sangüesa, terreno accidentado, con fuente á la inmediación de los ríos Vizcaya, Usumbeltz y Gardaláin, puente y ermita de la Anunciación, residuo de la iglesia del extinguido pueblo, hoy reducido á la condición de caserío tan ínfimo, que ni siquiera lo nombra el censo de población, lo cual nos permite darlo por deshabitado.
A juzgar por los vestigios á la vista, se componía de unas 38 casas

ITURISA, ITURRISA, ITURIZA, ITURRIZA, ITURRITZA.
Esta población romana se halló situada en las cercanías del actual pueblo de Ituren, y tal vez la creación de éste se deba á la desaparición de aquél.
Aparece nombrada frecuentemente por el cronista navarro P. Joseph de Moret, pero nos concretamos á citar: 1.º (Anales, edición mod., tomo 1.º, página 39) aparecen entre los estipendiarios los vecinos «de Iturrisa, sita á la orilla del río Vidaso no lejos de Ituren». 2.º (Investigaciones, tomo 8.º, edición mod., página 31) se cita á Iturrisa como uno de los pueblos enclavados, según Ptolomeo, en la región de los vascones. 3.º (Ibidem, página 80) fundándose en Plinio vuelve á citarse á los pobladores de Iturrisa como uno de los latinos viejos, vascones, afectos al Convento jurídico de Zaragoza.
En Geografía navarra (Barcelona, tomo 2.º, página 201) lo menciono como despoblado en término de Ituren.

LA ENCINOSA
El pueblo de este nombre ya desaparecido (á semejanza de Eunate), estuvo situado á corta distancia del actual de Eslaba, en el término municipal de Éslaba ó Eslava, villa perteneciente al valle de Aibar, partido judicial de Aoiz. A principios del siglo pasado quedaban residuos con la condición de caserío ya extinguido, puesto que no aparece en el censo bajo concepto alguno.
Su formación debió originarse a la sombra del monasterio de Templarios que allí se constituyó y cuya iglesia, aunque sin bóbeda, estaba en pie á mitad del siglo último, figurando luego como propiedad del Monasterio de Roncesvalles. Deducimos de todo ello que la existencia de este poblado debió ser efímera. (Madoz; tomo 7.º, pág. 554, col. 2.ª).

LASAGA
Se halla en igual caso que Aurtiz. Gozó la condición de lugar hasta el año 1536 en cuya fecha se agregó á Ituren, quedando como barrio y sometiéndose a la administración municipal de esta villa.
Constituye una barriada al O. de Ituren, con unos 80 habitantes alojados en 14 edificios. Era Señor de este pueblo en 1396 Bertran de Sta. Gracia, por merced que le había hecho el Rey D. Carlos 3.º En 1.556 se unieron á Ituren y sometieron al régimen municipal de esta villa, los pueblos de Lasaga, Aurtiz y Egueribar.

OLALIA, OLALLA (SANTA)
Lugar que aún subsistía en 1416, puesto que consta lo vendió entonces su poseedor Sancho Jurdán de Peña, con todas sus aguas y términos a Martín de Lacarra, el cual a su vez lo cedió a la ciudad de Sangüesa.
Su situación fué en el borde oriental de la provincia y de la Merindad de Sangüesa.

OLLAZE, OLLACE
La existencia de este despoblado se comprueba por documento obrante en el Archivo del Reino, donde consta que durante el reinado de D. Juan II, cedió el Monarca en 1432, a su escudero Juan de Uriz, el señorío de Sarasa, el despoblado de Basolaz, el de Olace y una casa con las pertenencias en Leizu, en recompensa de sus buenos servicios. La situación de Ollace fué en el valle de Aibar o sus cercanías, a la inmediación del de Santa Cilia o Cecilia, merindad de Sangüesa,

ONDALLO
El extinguido pueblo de este nombre se halló situado en la merindad de Sangüesa, jurisdicción actual de la villa de Gallipienzo, figurando entre los términos rurales de la misma con el número 34 el paraje denominado Ondallo y apenas perceptibles vestigios de dicha población. Es uno de los siete despoblados que se registran en la demarcación municipal de Gallipienzo.

PEÑA
Peina fué su nombre primitivo. Constituyó una villa con sólido castillo, como fronterizo con Aragón, en el borde oriental del valle de Aibar, como un centinela avanzado para vigilar a los vecinos.
Alcanzó notable valor histórico. De don Alonso el Batallador recibió fueros iguales a los otorgados con antelación a Cáseda. Pueblo y Castillo estuvieron empeñados al Rey navarro Don Sancho el Fuerte, por el de Aragón Don Pedro, a principios del siglo XIII; ulteriores gestiones del vencedor de las Navas dieron por resultado que Don Jaime I de Aragón le cediese definitivamente la villa y castillo de Peña.
Abundan en el archivo de Navarra los antecedentes tributarios de ese pueblo en 1380, 1424, 1434, 1494 y otras fechas; y hace pocos años se conservaban en los sótanos, argollas, grilletes, cadenas para sujección de prisioneros.

PODIO ROTUNDO, PUEYO REDONDO
Estuvo situado el pueblo que de esos dos modos hallamos citado en jurisdicción municipal de Carcastillo, partido judicial de Tudela, al Norte de dicha villa, claramente marcado por Coello en su Mapa de Navarra.
En el fuero que el Monarca apodado “Batallador„ concediera a Carcastillo, (el fuero de Medinaceli) sin fecha, agregó a la villa los terrenos comprendidos desde Pueyo Redondo (Podio rotundo) hasta las Peñas de la Vigía.
Hace también mérito de este despoblado el Sr. Madrazo en el tomo 3.º de su conocida obra. Mañé y Flaquer, en su obra El Oasis página 112 del tomo 1.º cita otro punto con el nombre mismo de este despoblado, pero ninguna relación guardan uno y otro.

SAN ANDRES, DE CASEDA
Población con fortaleza que existió en jurisdicción municipal de Cáseda, distante media legua al N. O. de la villa citada.
Se hallan a flor de tierra los vestigios de la edificación del hoy despoblado lugar, los residuos de la iglesia, y se alzan todavía los muros de un sólido cuerpo coronado de almenas: hoy está reducido al término rural de ese nombre.

SIERRA
Este despoblado es uno de los varios que hemos hallado en las no lejanías de la villa de Gallipienzo, dentro del valle de Aibar, si bien ésta funcione con propia administración municipal, separada de las otras del valle, Esos otros despoblados son Villacuensu, Coparrota, Valdeoscasa, Beraga, Aurino, Ondalbo y Baldarrás.
Testifican su pasada existencia, los nombres que subsisten de esos mismos despoblados, aplicados a términos rurales de la citada villa.

TURIZA, ITURISA, ITURRISA, ITURRIZA
Atribuyo el origen de este nombre a la palabra vasca compuesta Iturrizar, fuente vieja, latinizado por los romanos a quienes atribuyo su fundación en los comienzos de la era cristiana.
Mis investigaciones sobre estos pormenores, iniciadas hace ya quince años, me colocan en el caso ineludible de rectificarme y rectificar al P. Moret, Primer cronista de Navarra, el cual en sus Anales (t. 1.º, p 39) y en sus Investigaciones (t. 8 º, p 31) dá por cierta la especie que yo recogí de esos lugares y estampé en la p. 170, t. 9.º del BOLETÍN de esta Comisión, atribuyendo la situación de este despoblado a las proximidades del pueblo de Ituren, en la cuenca del Bidasoa, margen izquierda.
Que Tolomeo situe a Iturisa en la región de los vascones estipendiarios, afectos al convento jurídico de Zaragoza, no es prueba de situación precisa y exacta, como podrá ver el que leyere. Como tampoco lo es aunque lo afirme Cean Bermúdez, en Sumario de las antigüedades romanas (p. 153), que Iturisa según Tolomeo, Turisa, según Antonino, fué el nombre de San Esteban de Lerín, con la agravante de colocar a esa fundación romana y sus vestigios a la vista, en el camino militar de Astorga a Burdeos, siendo así que ese camino militar, n.º 34 del itinerario de Antonino no pasaba por San Esteban de Lerín, ni por Santesteban, ni por Lerín; ni puedo creer que el segundo de los antiguos geógrafos mencionados, hubiese suscrito semejante afirmación, siendo de su mano el itinerario famoso de las vías militares del imperio romano.
Hoy ya por propia y personal investigación, robustecida con los tratados que sobre el particular han publicado los Sres. Saavedra y Blazquez, han quedado desvanecidos aquellos errores y podemos de un modo concluyente afirmar que la romana Iturisa, Iturriza, Turriza, Turrisa, Ituritza o Ituriza, estuvo situada en la ladera meridional común a dos colinas tangentes entre sí, que se hallan a oriente del pueblo de Espinal (Auriz-berri, en lengua vasca) inmediatas al mismo, cerrando por el N. la llanurita en que Espinal se halla enclavado; entre éste y aquellas se halla Iturrizar (fuente vieja, en vascuence) gran fuente del tiempo de los romanos, cuyos sillares de buena labra aun perduran, aun cuando no la abundancia que delata uno de ellos, porque alguien, queriendo mejorar la obra romana, disminuyó notablemente su caudal en el pasado siglo.
En la misma margen del camino que pasaba por esta mansión romana, única existente entre Pompelune y Summo Pirineo, se halla la fuente vieja, salpicando con sus aguas el bidezar o camino viejo, como en Espinal denominaban al camino romano, del cual fué utilizado todo el material petreo para firme de la actual carretera por el año de 1878, previa autorización que se concedió por la superioridad, en consideración a la proximidad y su consiguiente economía, restando hoy como camino de atajo a Burguete, una parte curva de dicha vía romana, la cual tocaba a los edificios de Iturrisa, como han demostrado las líneas de cimentaciones halladas en la ladera antes mencionada.
Y a mayor testimonio aun subsisten residuos en las cumbres de las dos colinas, de otros dos puestos defensivos y de observación que dominaban estratégicamente la llanura septentrional cruzada por la vía romana que se perdía por N. O. entre las violentas rugosidades del terreno en la cresta pirenaica.

VILLACUENSU, VILLAECUENSU
Señala la pasada existencia de este pueblo el amplio Diccionario Geográfico de D. Pascual Madoz (tomo 8.º, p. 285, coi. 1.ª).
Su situación fué en jurisdicción de la villa de Gallipienzo, no lejos del castillo-iglesia atribuido a Templarios, ocupado en el siglo XV por monjes de la orden del Cister. Los vestigios de la iglesia y población desaparecida se hallan todavía a la vista, pero no me consta testimonio histórico alguno relacionado con este extinguido pueblo, si bien el nombre se perpetúa en la localidad adjudicado a uno de los términos locales.


Notas.-
(1) Justa y oportuna declaración entiendo ser la de que ya en el año 1905, el Excmo. Sr. D. Antonio Blazquez y Delgado publicó en Madrid un interesante folleto de Geografía histórica, titulado La Mancha en tiempo de Cervantes, descripción. de aquella comarca, y que alcanzó mucha resonancia no solo por su evidente novedad, sí que también por haber coincidido con la celebración del cuarto centenario de la publicación del Quijote.
(2) Discurso contestando al del Sr. D. Antonio Blazquez y Delgado, al ingresar éste en la Real Academia de la Historia.
(3) En el tomo 1.º de mi Geografía general de Navarra, páginas 887 á 903, dejé catalogados 131 lugares despoblados; mis noticias posteriores han duplicado ese número y acrecido notablemente los antecedentes históricos de muchos de ellos, como también rectificado algunos errores.
(4) Véase á este propósito el maravilloso libro Euskariana (5.ª Serie) Gacetilla de la Historia de Navarra, por mi venerado amigo D. Arturo Campión.
(5) Repito la nota precedente y menciono á Yanguas, Moret, mi Geografía navarra y documentos varios.
(6) No resisto á la tentación de trascribir aquí unas líneas del portentoso discurso del Sr. Don Vicente Lampérez y Romea á su ingreso en la Real Academia de San Fernando, hace contados días y relacionado con estas despoblaciones por pestes y epidemias, porque dará idea esta transcripción de la facilidad con que se propagarían los contagios y de lo aterrador de sus consecuencias, dadas las impeorables condiciones higiénicas de las poblaciones de España durante la Edad Media y aun en siglos posteriores. Dice así el Sr. Lampérez: «De antiguo, las costumbres, sobrado incultas, hacían frecuentes los más sucios actos. El Fuero de Teruel pena al que desde la ventana ó puerta de su casa, arroje sobre el transeunte aguas inmundas ó «desahogos» que el Fuero nombra naturalistamente; y el de Zorita establece penalidad no ya sólo para el ciudadano que satisficiera en la calle ciertas necesidades fisiológicas, sino también para el desenfadado que escogía la puerta del vecino para ejecutarlas. Legislar sobre tan grandes suciedades denota lo consuetudinario, digámoslo así, de ellas. Pero, ¿es que no había alcantarillas, letrinas ni barrenderos? El citado Fuero turolense trata de las letrinas; las Ordenanzas de Toledo de los albañales; de antecedentes tales se deduce que los albañales iban por las calles al descubierto y que aquellas eran focos pestilentes..... El alcantarillado era muy raro en España a un en pleno siglo XVII. La suciedad doméstica se acrecía con la urbana, pues las calles servían de basureros, el estiércol, las pieles de animales, los gatos, perros y aves en descomposición se arrojaban en ellas y el lodo y la humedad tenían dominio perpetuo. Guicciardini, en 1512, decía que las mejores calles rebosaban de inmundicias, Navagero, en 1525, encontró á Valladolid «muy fangoso»; según otro viajero, Guadalajara «era muy sucia». Peores aun eran las calles de las Juderías y Morerías: «non fablo de ellas—dice Juan de Aviñon de las de Sevilla—ca son sucias y corruptas en cuarto grado».
(8) Archivo del Reino.—Madrazo—Navarra.