Carta Arqueológica del término municipal de Sangüesa, de
JUAN CRUZ LABEAGA MENDIOLA
Sangüesa, junio, 1981
ROCAFORTE (CASTILLO)
La antigua Sangüesa, actual Rocaforte, estuvo situada en el
último cerro de unos montículos no lejanos de la margen derecha del río Aragón,
que escalonadamente descienden de la jurisdicción de Aibar. En este cerro, dada
su importancia estratégica, por lo menos ya hubo un poblado desde los tiempos
de la Romanización por los restos arqueológicos que allí se han descubierto,
entre ellos un ara que ya se ha estudiado.(1) En este lugar convergían las
calzadas romanas a Pamplona.
En la época altomedieval sirvieron estos parajes de frontera
con los musulmanes, y aquí, en las postrimerías del siglo X, concentró sus
tropas el rey Don Sancho II Abarca para contraatacar a los moros y recuperar el
castillo de Aibar.
Al fundarse "Sangüesa la Nueva" en el llano en
1117 se la llama "burgo vieyllo" o "burgo de suso", hacia
finales del siglo XII figura en los documentos como "Sangüesa la
Vieja", y es en el siglo XIV cuando por su emplazamiento geográfico se la
conoce por Rocaforte, nombre con el que ha perdurado.
En lo alto de la roca de difícil acceso así como en sus
aledaños se aprecian restos de muros de lo que fue la fortaleza, que debió ser
de reducidas dimensiones, sencillamente consistiría en poco más de un torreón.
Fue demolido en 1516, y aún se conservaban ruinas en 1800.(2) En donde estuvo propiamente enclavado el
castillo recogí muchos fragmentos cerámicos pertenecientes a época medieval, de
los que los más representativos se estudian a continuación.
CERÁMICAS MEDIEVALES
1. Fragmento de borde hacia afuera de buena pasta gris sin
notarse el desgrasante, y superficies lisas de igual color con finísimas
estrías.
2. Fragmento de características materiales igual al anterior
pero de borde vertical.
3. Fragmento de pared de superficies afacetadas, de buena
arcilla gris oscura, superficie externa de este mismo color e interna ocre.
4. Medio disco de cerámica gris con orificio en el centro.
5. Fragmento de pared hacia el borde de pasta granulosa
color negro marrón y superficies ásperas, la interna marrón y muy negra la exterior.
6. Fragmento de borde vuelto hacia afuera de pasta grisácea
en los extremos rojiza, y superficies alisadas, ocre la interna y más oscura la
exterior.
7. Borde hacia afuera con la extremidad del labio hacia
arriba, de pasta grisácea, porosa, y superficies ocres.
8. Fragmento de fondo de dura pasta rojiza-gris y paredes
alisadas rojizas.
9. Fragmento de pitorro de pasta algo tosca rosacea.
10. Fragmento de pared de pasta rojiza-grisácea y superficies
ásperas ocres-grisáceas, llevando la exterior dos estrías.
11. Fragmento de amplia asa de pasta rojiza-grisácea y
superficies alisadas ocre claro.
12. Pequeño fragmento con decoraciones estriadas.
13. Fragmento de pasta dura gris-negruzca, superficies ocres
y la exterior con finísimas decoraciones a peine verticales y horizontales.
14. Borde cóncavo por dentro.
15. Borde hacia afuera de pasta y superficies rojizas y
labio negruzco.
16. Fragmento de pared de pasta blanca-amarillenta y
superficies amarillentas con decoraciones de tres acanaladuras y otras tres
bandas pintadas de color grisáceo.
- Fragmento de pasta amarillenta y superficie externa de igual
color mientras que la interior es ocre.
17. Pequeño fragmento de pasta y superficie amarillentas con
decoraciones pintadas negruzcas.
VALORACIÓN DEL
YACIMIENTO
Las pocas cerámicas medievales evidencian lo que ya
conocemos por los datos históricos la ocupación de esta fortaleza, el lugar era
estratégico para establecer un control militar de una amplia zona en la que
convergían rutas importantes. Desde la cumbre se divisan las sierras de Leyre,
la planicie de las tierras sangüesinas hasta Javier, las sierras de Ujué y Peña
y las tierras de Aragón. Históricamente comienza a tener un papel esta
fortaleza en las vicisitudes del reino navarro en el siglo X con motivo de la
invasión de estas tierras por los musulmanes. Pero ya antes, y por los restos arqueológicos
romanos que tenemos, entre ellos un ara y monedas, debió ser un núcleo de
poblamiento en la Romanización quizá de carácter militar para el control de las
vías romanas.
(1). El historiador local Ancil nos indica que una tribu errante
de vascones "huyendo de la persecución de que eran objeto por parte de los
romanos sentase sus chozas en el alto de Rocafort, para mejor defenderse de sus
perseguidores formando el poblado que se llamó Sangüesa la Vieja. Compendio de
la historia op. cit. p. 8. Se supone por algunos que fue en lo antiguo la
civitas Sancosa de los romanos. CARRERAS, F., Dir. Geografía del Pais
Vasco-navarro, t. II. ALTADILL. J„ Provincia de Navarra, Barcelona, p. 477.
(2). MARTINENA, J.J., Navarra, castillos v palacios, Pamplona,
1980, p. 13.