martes, 20 de mayo de 2014

02.42.00 Filleras (El Regadio)

Desde
Carta Arqueológica del término municipal de Sangüesa, de
JUAN CRUZ LABEAGA MENDIOLA
Sangüesa, junio, 1981




FILLERAS (EL REGADÍO)

El yacimiento arqueológico de Filleras es un extenso terreno situado la mayor parte en lajurisdicción de Sos del Rey Católico (Zaragoza) y otra parte más pequeña en Sangüesa. Las dos zonas están bien diferenciadas, la primera la atraviesa la carretera comarcal n? 127 y el canal de las Bardenas, está en la margen izquierda del río Onsella, afluente del Aragón, y ocupa la cuarta terraza de este último río. El nombre general del término es Campo Real, pero a la zona del hallazgo se la conoce por F illeras, hombre de raíz antigua, y Corral del Boticario por uno de los propietarios. En cambio la zona navarra se halla a los pies de la alta terraza, frente al Corral del Boticario en la orilla derecha del Onsella que hace de frontera entre las dos provincias en tres kilómetros y se la llama El Regadío.


Históricamente es una zona rica en acontecimientos, pues la propiedad de sus tierras fueron causa de litigios durante varios siglos entre navarros y aragoneses a partir de la muerte de Sancho el Mayor. El nombre de F illeras o Filera, topónimo muy antiguo se documenta desde el siglo XI.

En 1131 reinando Alfonso el Batallador el caballero Frango Aznárez tenía honor, entre otros lugares, en Filera, Santa Eulalia, Peña y Tarazona. Posteriormente conquistó Filera Don García de Navarra y encomendándola a Don Ramiro Garcés, conquistó Pétilla. Todavía en 1509 hicieron los sangüesinos una entrada por las fronteras aragonesas intentando apoderarse de Uli y Filera, pueblos que decían pertenecerles. (1) En cambio el nombre de Campo Real creemos que deriva de que en estos lugares en tiempo de guerras fronterizas acampaba el ejército aragonés, ya que da la coincidencia de que en la zona baja al otro lado del río Onsella hay otro término llamado El Real, con vestigios del poblado, en que estaba el campamento de los navarros.

Arqueológicamente el lugar es ya conocido desde años, principalmente a causa de los restos que afloraron al hacer la caja del canal de las Bardenas. El P. Escalada fue el que recogió dichos restos a partir de 1939 y el mismo escribe: "Se han descubierto en este término de Camporeal, jurisdicción de Sos (Aragón) bastantes capiteles, fustes de columnas, fíbulas, broches, monedas, urnas cinerarias de barro, una lápida funeraria muy estropeada" (2). Otros muchos restos han salido después que se hallan dispersos en las orillas y corrales del yacimiento, en el Museo Arqueológico de Zaragoza, casas de los propietarios de las fincas en Sos, finca de Peña y Sangüesa. De ellos se deduce la existencia de una población importante.

El único estudio científico que existe es el que realizaron en 1971 el profesor de la Universidad de Navarra Marcos Pous y su ayudante Amparo Castiella. (3) Con motivo de unos materiales cerámicos que llevé en dicho año a la citada Universidad y el hallazgo, mediante fotos aéreas de la zona en el Departamento de Geografía, de ciertos trazos geométricos de posibles estructuras arquitectónicas romanas, decidió el citado profesor realizar unas prospecciones del lugar. Mediante la fotografía aérea se delimitaron unos rectángulos correspondientes a unos edificios tanto en la zona de la terraza como en la zona inferior. Sobre esta última, que es la que más interesa en este estudio, se observa una gran figura geométrica de forma rectangular, pero concretamente no se llega a la conclusión de que se trate de algún edificio, pues podría tratarse de "una labor profunda de drenaje con fines agrícolas".

Respecto a los materiales que analizaron figuran las cerámicas campanienses, aretinas y sigillatas, comunes de cocina, una pieza de piedra de conducción de agua y un fragmento de capitel corintio. De todo esto deducen la existencia de una población romanizada en la segunda mitad del siglo I d C. que alcanzó su apogeo en el siglo II y que perduró a lo largo del siglo III. Su final vendría marcado a partir de la segunda mitad del siglo III d. C. coincidiendo con el periodo de las invasiones de los franco-alamanes. Esta destrucción no sería definitiva, sino que a partir del siglo XI tenemos documentada una pequeña población que debió pervivir unos pocos siglos.

Aquí solamente van a ser estudiados los materiales recogidos en la zona navarra de El Regadío, se va a precisar la situación y restos del puente, ignorados en el trabajo citado, y, por excepción, damos noticia de dos monedas encontradas en la parte aragonesa de Filleras.

La zona de la terraza sobre el río tiene un escarpe de considerable altitud, pero por un único sitio hay una vaguada que conduce hasta el río. En su orilla izquierda se ha conservado un potente machón, único resto del inicio de un puente, que está construido con sillares bastante esmerados. En la orilla opuesta no se ha conservado resto alguno, quizá por ser lugar más indefenso de las riadas o porque se han aprovechado sus piedras que aún pueden verse por las casetas de la huertas cercanas.


Este puente supuso en siglos pasados un paso importante, ya que por él cruzaba la vía romana, comprobada en otras partes por miliarios, de Zaragoza a Pamplona, pasando por Gallur, Sádaba, Castilliscar, Sos del Rey Católico, F illeras, Sangüesa, Monreal. Todavía existe en parte no el Camino Viejo a Sos, que cita Marcos y que no pasaba por el puente, sino un camino paralelo al río que pasado el puente y a lo largo del Regadío conduce a Sangüesa cruzando por El Real a salir al actual cementerio. Antes de existir Sangüesa y su puente sobre el Aragón este camino iba derecho al paso de este río en Vadoluengo, en donde existía un núcleo romanizado, para desde allí o bien dirigirse hacia Aibar, Eslava, Gallipienzo, etc. o bien hacia Pamplona. (4)

Este puente, además de servir de paso a la calzada, era una necesidad perentoria para comunicarse el pequeño núcleo de población de abajo con el importante de arriba. Los materiales que se han recogido en la zona sangüesina pertenecen exclusivamente a la Romanización.


CERÁMICAS ROMANAS

Cerámica campaniense
Fragmento muy pequeño de la variedad C de forma irrecognoscible con un grueso de pared que oscila entre 9 y 7 mm. Se fecha alrededor del 100 a C.

Cerámica aretina
1. Fragmento de borde, que podría corresponder a la forma Halterm 2, con el engobe brillante rojo y la pasta color ocre claro. Pertenece al siglo I a C.

Cerámica sigillata
2. Fragmento de borde de forma Ritterling 8, pasta rosacea y engobe desigual y anaranjado con poco brillo.
3 y 4. Dos fragmentos de la forma Dragendorf 44 con el baquetón al exterior de pastas rosáceas y barnices rojizos oscuros poco brillantes y muy desigualmente dados, sobre todo en el primer fragmento.
5. Fragmento de pared y algo de fondo de la forma 15/17 de pasta rosacea y buen barniz anaranjado algo brillante.
6. Fragmento de borde de una vasijita globular, forma Hispánica 2, de pasta rosacea y barniz anaranjado poco brillante.
7. Fragmento de borde de la forma Dragendorf 44, pasta rosacea y barniz muy tenue y algo brillante.
8. Fondo con pie muy bajo de pasta rosacea y barniz anaranjado muy ténue y casi desaparecido al interior, y algo más compacto y sin brillo exteriormente.
9. Fragmento de fondo con el pie muy bajo y barniz rojizo poco espeso y mate. Tiene la rareza de que en el fondo interiormente lleva unos estampillados en rehundido. Es del siglo IV.
10. Motivos decorativos circulares en dos frisos separados por dos baquetones apenas marcados, en el inferior hay un motivo de decoración vegetal.
11. Motivos de círculos en dos frisos separados por doble baquetón y motivo vertical de separación en el inferior.
12. Decoraciones de gallos inscritos en círculos separados por línea vertical sinuosa, en una forma Dragendorf 29.
13. Decoraciones de hojas picudas en el registro superior y de guirnaldas vegetales en el inferior.
14. Decoraciones de círculos de línea partida que incluyen otro de línea seguida.
15. Fondo con círculos grandes de línea sinuosa y pequeños circulitos duplicados.
16. Tres círculos concéntricos de gran relieve.
17. Motivos de separación de puntas de ñecha y líneas sinuosas.

Cerámica pigmentada

1. Grandes círculos concéntricos.
2. Círculos secantes con pequeñas perlitas. Este fragmento difiere de los demás por tener la pasta mucho más clara y el barniz rojizo oscuro.
3. Pequeño fragmento de pared fina de borde liso, excelente pasta rosa claro y pigmento anaranjado de fondo grisáceo al exterior, que imita la forma de la sigillata Ritterling 8. Pertenece al siglo I.
4. Fragmento de borde muy grueso de pasta rosacea y barniz anaranjado con toques de gris. (5)
5. Fragmento de borde de plato de fondo plano, pasta rojiza, pigmento exterior rojizo y grisáceo e interior rojizo algo brillante y muy espeso "barniz pompeyano". Cronológicamente comienzan estos platos en época augústea y llegan al siglo II. Han sido hallados abundantemente en Pamplona. (6)
6 y 7. Dos fragmentos de asas con pigmentos ocres.

Cerámica común
8. Fragmento de fondo, pasta ocre con arenillas, y superficie irregular de igual color.
9. Fragmento de borde de pasta y superficie ocre claro con arenillas.
10. Asa de dolió de pasta y superficie ocre claro con aditamento de arenillas.

Cerámica común local
11 y 12. Fragmentos de anchos bordes, pastas grises, y superficies negruzcas con marrón de fondo.
  
VARIOS Otros utiles
13 y 14. Fragmentos de bordes hacia fuera, y con pequeño baquetón en la pared, de vidrios; incoloro y completamente transparente el primero y traslúcido el segundo.
15. Borde hacia fuera de vidrio transparente color azul claro verdoso.
16. Fragmento de asa de vidrio incoloro.
17. Ficha de cerámica sigillata.
18. Pesa de telar con forma ligeramente troncopiramidal, de dura pasta color ocre claro, y en cuya base superior se ha reproducido por medio de incisión una aspa.

- Dos grandes piedras de molino de tracción animal.



MONEDAS
Proceden de la parte alta del poblado y fueron halladas por Fidel Ripalda en 1972, quien las entregó para la Casa de la Cultura de Sangüesa. Son de bronce y de época romana.
- Anverso: Busto a la derecha al parecer del emperador Nerva, que reinó entre los años 96-98 (Lám.6, 3).
- Reverso: Totalmente borrado.
- Diámetro: 28 mm; espesor: 2 mm.; peso: 9 gr.


- Anverso: Busto a la derecha laureado y sin ropa de Adriano, leyenda: HADRIANUS AUGUSTUS. COS.III.PP. Se aprecia la gráfila. Reinó Adriano durante los años 119-138.
Reverso: Felicidad vestida de pie llevando una rama en la mano derecha y un largo caduceo en la izquierda, leyenda: FELICITAS AUG) SC. (7)
Diámetro: 26 mm.; grosor: 3,5 mm.; peso: 12 gr.


VALORACIÓN DEL YACIMIENTO

Lo encontrado y analizado en la parte inferior del yacimiento, zona de El Regadío, viene a confirmar la cronología que ya conocemos por el trabajo de Marcos Pous, dedicado sobre todo a la zona aragonesa. El muestrario cerámico analizado es bastante completo, en cuanto a las diversas clases de cerámica romana se refiere, y nos proporcionan unas fechas tempranas de Romanización las cerámicas campanienses y aretina.

Si está claro este inicio, no sucede lo mismo respecto a la desaparición del poblado, ya que no se han encontrado hasta la fecha la típica ornamentación de las cerámicas tardías, siglo IV, aunque sí un fragmento cerámico estampillado de este siglo y por lo tanto queda en hipótesis el que este núcleo de población fuera arrasado hacia la segunda mitad del siglo III, época que coincide con las incursiones de los franco-alamanes en la zona, perfectamente documentadas como en la destrucción de la villa de Liédena. Algunos habitantes pudieron permanecer en el lugar o bien se asentaron en época medieval. No obstante está claro el que el apogeo de F illeras se da en el siglo II, la cerámica y la moneda de Adriano lo atestiguan.

Su situación en un llano sobre un cortado en el río ofrece un emplazamiento inmejorable, y nos recuerda al de la villa de Liédena sobre la foz de Lumbier y a Ribas Altas aquí estudiado. Sus tierras agrícolamente son feraces para los cultivos del cereal y viña, y los bosques hacia la sierra de Peña para ganadería, pastos y caza no distan mucho. Por otra parte se hallaba en una zona inmejorablemente comunicada en la vía de Zaragoza-Pamplona a la salida de la Valdonsella, en donde también había núcleos romanizados.


(1). MORET, J., Investigaciones históricas, Anales del Reino de Navarra, t.VI, La Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao, 1971, p. 139. ANCIL, M., obras citadas, 1931, p. 13, 1943, p. 74.
(2). ESCALADA, F., op.cit. p.169. GALIAY, J., La dominación romana en Aragón, Zaragoza, 1946, págs. 38 y 70. "Al norte del pueblo (Sos del Rey Católico) están las ruinas de Filera, sin explorar. Cerca de ellas en la partida Camporeal se han encontrado monedas de bronce y alguna de oro, y en el mismo lugar al abrir la caja del futuro canal de las Bardenas aparecieron bastantes restos de una necrópolis, los cuales se guardan en el Museo de Zaragoza". Ver también MARTIN BUENO, M., Aragón Arqueológico: sus rutas, Zaragoza, 1977, p. 163.
(3). MARCOS POUS, A., y CASTIELLA, A., Prospecciones en Campo Real, op.cit. págs. 105-136.
(4). Vide sobre este tema: ALTADILL, J., Vías y vestigios romanos en Navarra, en "Homenaje a D. Carmelo Echegaray", San Sebastián, 1928, págs. 518 y ss. ESCALADA, F., op. cit. . 69. JIMENO JURIO, J Mí, Caminos romanos de Sangüesa a la Solana de Navarra, en "Miliario Extravagante", n? 12, junio, 1966, págs. 310 y 311. VILLABRIGA, V., op.cit. págs., 33 y 42. BELTRAN LLOR1S, M., Notas arqueológicas sobre Gallur y la comarca de' las Cinco Villas de Aragón, en "Caesaraugusta", Zaragoza, 1970, p.68. ESCAGUES, I., Las cinco villas de Aragón, Vitoria, 19, p. 181.
(5). Sobre esta forma y la anterior vide UNZU URMENETA, M., Cerámica pigmentada romana en Navarra, en "Trabajos de Arqueología Navarra" 1, Pamplona, 1979, págs. 263, formas, 13, 272 y 11.
(6). VEGAS, M., Cerámica común del Mediterráneo Occidental, Barcelona, 1973, p. 4, fig. 15. MEZQUIRIZ, M.A., Pompaelo I, p. 285, fig. 133, Pompaelo II, fig. 33, n? 14.
(7). MATTINGLY, H., Coins of the roman empire in the british Museum, London, 1966, vol. Ill, lám. 90,8,p.480.