Carta Arqueológica del término municipal de Sangüesa, de
JUAN CRUZ LABEAGA MENDIOLA
Sangüesa, junio, 1981
FILLERAS (EL REGADÍO)
El yacimiento arqueológico de Filleras es un extenso terreno situado la mayor parte en lajurisdicción de Sos del Rey Católico (Zaragoza) y otra parte
más pequeña en Sangüesa. Las dos zonas están bien diferenciadas, la primera la
atraviesa la carretera comarcal n? 127 y el canal de las Bardenas, está en la
margen izquierda del río Onsella, afluente del Aragón, y ocupa la cuarta terraza
de este último río. El nombre general del término es Campo Real, pero a la zona
del hallazgo se la conoce por F illeras, hombre de raíz antigua, y Corral del
Boticario por uno de los propietarios. En cambio la zona navarra se halla a los
pies de la alta terraza, frente al Corral del Boticario en la orilla derecha
del Onsella que hace de frontera entre las dos provincias en tres kilómetros y
se la llama El Regadío.
Históricamente es una zona rica en acontecimientos, pues la
propiedad de sus tierras fueron causa de litigios durante varios siglos entre
navarros y aragoneses a partir de la muerte de Sancho el Mayor. El nombre de F
illeras o Filera, topónimo muy antiguo se documenta desde el siglo XI.
En 1131 reinando Alfonso el Batallador el caballero Frango
Aznárez tenía honor, entre otros lugares, en Filera, Santa Eulalia, Peña y
Tarazona. Posteriormente conquistó Filera Don García de Navarra y
encomendándola a Don Ramiro Garcés, conquistó Pétilla. Todavía en 1509 hicieron
los sangüesinos una entrada por las fronteras aragonesas intentando apoderarse
de Uli y Filera, pueblos que decían pertenecerles. (1)
En cambio el nombre de Campo Real creemos que deriva de que en estos lugares en
tiempo de guerras fronterizas acampaba el ejército aragonés, ya que da la
coincidencia de que en la zona baja al otro lado del río Onsella hay otro
término llamado El Real, con vestigios del poblado, en que estaba el campamento
de los navarros.
Arqueológicamente el lugar es ya conocido desde años,
principalmente a causa de los restos que afloraron al hacer la caja del canal
de las Bardenas. El P. Escalada fue el que recogió dichos restos a partir de
1939 y el mismo escribe: "Se han descubierto en este término de Camporeal,
jurisdicción de Sos (Aragón) bastantes capiteles, fustes de columnas, fíbulas,
broches, monedas, urnas cinerarias de barro, una lápida funeraria muy estropeada"
(2). Otros muchos restos han salido después
que se hallan dispersos en las orillas y corrales del yacimiento, en el Museo
Arqueológico de Zaragoza, casas de los propietarios de las fincas en Sos, finca
de Peña y Sangüesa. De ellos se deduce la existencia de una población
importante.
El único estudio científico que existe es el que realizaron
en 1971 el profesor de la Universidad de Navarra Marcos Pous y su ayudante
Amparo Castiella. (3) Con motivo de unos
materiales cerámicos que llevé en dicho año a la citada Universidad y el
hallazgo, mediante fotos aéreas de la zona en el Departamento de Geografía, de
ciertos trazos geométricos de posibles estructuras arquitectónicas romanas,
decidió el citado profesor realizar unas prospecciones del lugar. Mediante la
fotografía aérea se delimitaron unos rectángulos correspondientes a unos
edificios tanto en la zona de la terraza como en la zona inferior. Sobre esta
última, que es la que más interesa en este estudio, se observa una gran figura
geométrica de forma rectangular, pero concretamente no se llega a la conclusión
de que se trate de algún edificio, pues podría tratarse de "una labor
profunda de drenaje con fines agrícolas".
Respecto a los materiales que analizaron figuran las
cerámicas campanienses, aretinas y sigillatas, comunes de cocina, una pieza de
piedra de conducción de agua y un fragmento de capitel corintio. De todo esto
deducen la existencia de una población romanizada en la segunda mitad del siglo
I d C. que alcanzó su apogeo en el siglo II y que perduró a lo largo del siglo
III. Su final vendría marcado a partir de la segunda mitad del siglo III d. C.
coincidiendo con el periodo de las invasiones de los franco-alamanes. Esta
destrucción no sería definitiva, sino que a partir del siglo XI tenemos documentada
una pequeña población que debió pervivir unos pocos siglos.
Aquí solamente van a ser estudiados los materiales recogidos
en la zona navarra de El Regadío, se va a precisar la situación y restos del puente,
ignorados en el trabajo citado, y, por excepción, damos noticia de dos monedas
encontradas en la parte aragonesa de Filleras.
La zona de la terraza sobre el río tiene un escarpe de
considerable altitud, pero por un único sitio hay una vaguada que conduce hasta
el río. En su orilla izquierda se ha conservado un potente machón, único resto
del inicio de un puente, que está construido con sillares bastante esmerados.
En la orilla opuesta no se ha conservado resto alguno, quizá por ser lugar más
indefenso de las riadas o porque se han aprovechado sus piedras que aún pueden
verse por las casetas de la huertas cercanas.
Este puente supuso en siglos pasados un paso importante, ya
que por él cruzaba la vía romana, comprobada en otras partes por miliarios, de Zaragoza
a Pamplona, pasando por Gallur, Sádaba, Castilliscar, Sos del Rey Católico, F
illeras, Sangüesa, Monreal. Todavía existe en parte no el Camino Viejo a Sos,
que cita Marcos y que no pasaba por el puente, sino un camino paralelo al río
que pasado el puente y a lo largo del Regadío conduce a Sangüesa cruzando por
El Real a salir al actual cementerio. Antes de existir Sangüesa y su puente
sobre el Aragón este camino iba derecho al paso de este río en Vadoluengo, en
donde existía un núcleo romanizado, para desde allí o bien dirigirse hacia
Aibar, Eslava, Gallipienzo, etc. o bien hacia Pamplona. (4)
Este puente, además de servir de paso a la calzada, era una
necesidad perentoria para comunicarse el pequeño núcleo de población de abajo con
el importante de arriba. Los materiales que se han recogido en la zona
sangüesina pertenecen exclusivamente a la Romanización.
CERÁMICAS ROMANAS
Cerámica campaniense
Fragmento muy pequeño de la variedad C de forma
irrecognoscible con un grueso de pared que oscila entre 9 y 7 mm. Se fecha
alrededor del 100 a C.
Cerámica aretina
1. Fragmento de borde, que podría corresponder a la forma
Halterm 2, con el engobe brillante rojo y la pasta color ocre claro. Pertenece
al siglo I a C.
Cerámica sigillata
2. Fragmento de borde de forma Ritterling 8, pasta rosacea y
engobe desigual y anaranjado con poco brillo.
3 y 4. Dos fragmentos de la forma Dragendorf 44 con el
baquetón al exterior de pastas rosáceas y barnices rojizos oscuros poco
brillantes y muy desigualmente dados, sobre todo en el primer fragmento.
5. Fragmento de pared y algo de fondo de la forma 15/17 de
pasta rosacea y buen barniz anaranjado algo brillante.
6. Fragmento de borde de una vasijita globular, forma
Hispánica 2, de pasta rosacea y barniz anaranjado poco brillante.
7. Fragmento de borde de la forma Dragendorf 44, pasta
rosacea y barniz muy tenue y algo brillante.
8. Fondo con pie muy bajo de pasta rosacea y barniz
anaranjado muy ténue y casi desaparecido al interior, y algo más compacto y sin
brillo exteriormente.
9. Fragmento de fondo con el pie muy bajo y barniz rojizo
poco espeso y mate. Tiene la rareza de que en el fondo interiormente lleva unos
estampillados en rehundido. Es del siglo IV.
10. Motivos decorativos circulares en dos frisos separados
por dos baquetones apenas marcados, en el inferior hay un motivo de decoración vegetal.
11. Motivos de círculos en dos frisos separados por doble
baquetón y motivo vertical de separación en el inferior.
12. Decoraciones de gallos inscritos en círculos separados
por línea vertical sinuosa, en una forma Dragendorf 29.
13. Decoraciones de hojas picudas en el registro superior y
de guirnaldas vegetales en el inferior.
14. Decoraciones de círculos de línea partida que incluyen
otro de línea seguida.
15. Fondo con círculos grandes de línea sinuosa y pequeños
circulitos duplicados.
16. Tres círculos concéntricos de gran relieve.
17. Motivos de separación de puntas de ñecha y líneas
sinuosas.
Cerámica pigmentada
1. Grandes círculos concéntricos.
2. Círculos secantes con pequeñas perlitas. Este fragmento
difiere de los demás por tener la pasta mucho más clara y el barniz rojizo
oscuro.
3. Pequeño fragmento de pared fina de borde liso, excelente
pasta rosa claro y pigmento anaranjado de fondo grisáceo al exterior, que imita
la forma de la sigillata Ritterling 8. Pertenece al siglo I.
4. Fragmento de borde muy grueso de pasta rosacea y barniz
anaranjado con toques de gris. (5)
5. Fragmento de borde de plato de fondo plano, pasta rojiza,
pigmento exterior rojizo y grisáceo e interior rojizo algo brillante y muy
espeso "barniz pompeyano". Cronológicamente comienzan estos platos en
época augústea y llegan al siglo II. Han sido hallados abundantemente en
Pamplona. (6)
6 y 7. Dos fragmentos de asas con pigmentos ocres.
Cerámica común
8. Fragmento de fondo, pasta ocre con arenillas, y superficie
irregular de igual color.
9. Fragmento de borde de pasta y superficie ocre claro con
arenillas.
10. Asa de dolió de pasta y superficie ocre claro con
aditamento de arenillas.
Cerámica común local
11 y 12. Fragmentos de anchos bordes, pastas grises, y
superficies negruzcas con marrón de fondo.
VARIOS Otros utiles
13 y 14. Fragmentos de bordes hacia fuera, y con pequeño
baquetón en la pared, de vidrios; incoloro y completamente transparente el primero
y traslúcido el segundo.
15. Borde hacia fuera de vidrio transparente color azul
claro verdoso.
16. Fragmento de asa de vidrio incoloro.
17. Ficha de cerámica sigillata.
18. Pesa de telar con forma ligeramente troncopiramidal, de
dura pasta color ocre claro, y en cuya base superior se ha reproducido por medio
de incisión una aspa.
- Dos grandes piedras de molino de tracción animal.
MONEDAS
Proceden de la parte alta del poblado y fueron halladas por
Fidel Ripalda en 1972, quien las entregó para la Casa de la Cultura de
Sangüesa. Son de bronce y de época romana.
- Anverso: Busto a la derecha al parecer del emperador
Nerva, que reinó entre los años 96-98 (Lám.6, 3).
- Reverso: Totalmente borrado.
- Diámetro: 28 mm; espesor: 2 mm.; peso: 9 gr.
- Anverso: Busto a la derecha laureado y sin ropa de
Adriano, leyenda: HADRIANUS AUGUSTUS. COS.III.PP. Se aprecia la gráfila. Reinó
Adriano durante los años 119-138.
Reverso: Felicidad vestida de pie llevando una rama en la
mano derecha y un largo caduceo en la izquierda, leyenda: FELICITAS AUG) SC. (7)
Diámetro: 26 mm.; grosor: 3,5 mm.; peso: 12 gr.
VALORACIÓN DEL
YACIMIENTO
Lo encontrado y analizado en la parte inferior del yacimiento,
zona de El Regadío, viene a confirmar la cronología que ya conocemos por el
trabajo de Marcos Pous, dedicado sobre todo a la zona aragonesa. El muestrario
cerámico analizado es bastante completo, en cuanto a las diversas clases de
cerámica romana se refiere, y nos proporcionan unas fechas tempranas de
Romanización las cerámicas campanienses y aretina.
Si está claro este inicio, no sucede lo mismo respecto a la
desaparición del poblado, ya que no se han encontrado hasta la fecha la típica
ornamentación de las cerámicas tardías, siglo IV, aunque sí un fragmento
cerámico estampillado de este siglo y por lo tanto queda en hipótesis el que este
núcleo de población fuera arrasado hacia la segunda mitad del siglo III, época
que coincide con las incursiones de los franco-alamanes en la zona, perfectamente
documentadas como en la destrucción de la villa de Liédena. Algunos habitantes pudieron
permanecer en el lugar o bien se asentaron en época medieval. No obstante está claro
el que el apogeo de F illeras se da en el siglo II, la cerámica y la moneda de
Adriano lo atestiguan.
Su situación en un llano sobre un cortado en el río ofrece
un emplazamiento inmejorable, y nos recuerda al de la villa de Liédena sobre la
foz de Lumbier y a Ribas Altas aquí estudiado. Sus tierras agrícolamente son
feraces para los cultivos del cereal y viña, y los bosques hacia la sierra de
Peña para ganadería, pastos y caza no distan mucho. Por otra parte se hallaba
en una zona inmejorablemente comunicada en la vía de Zaragoza-Pamplona a la
salida de la Valdonsella, en donde también había núcleos romanizados.
(1). MORET, J., Investigaciones históricas, Anales del Reino
de Navarra, t.VI, La Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao, 1971, p. 139. ANCIL, M.,
obras citadas, 1931, p. 13, 1943, p. 74.
(2). ESCALADA, F., op.cit. p.169. GALIAY, J., La dominación
romana en Aragón, Zaragoza, 1946, págs. 38 y 70. "Al norte del pueblo (Sos
del Rey Católico) están las ruinas de Filera, sin explorar. Cerca de ellas en
la partida Camporeal se han encontrado monedas de bronce y alguna de oro, y en
el mismo lugar al abrir la caja del futuro canal de las Bardenas aparecieron
bastantes restos de una necrópolis, los cuales se guardan en el Museo de
Zaragoza". Ver también MARTIN BUENO, M., Aragón Arqueológico: sus rutas,
Zaragoza, 1977, p. 163.
(3). MARCOS POUS, A., y CASTIELLA, A., Prospecciones en
Campo Real, op.cit. págs. 105-136.
(4). Vide sobre este tema: ALTADILL, J., Vías y vestigios romanos
en Navarra, en "Homenaje a D. Carmelo Echegaray", San Sebastián,
1928, págs. 518 y ss. ESCALADA, F., op. cit. . 69. JIMENO JURIO, J Mí, Caminos
romanos de Sangüesa a la Solana de Navarra, en "Miliario
Extravagante", n? 12, junio, 1966, págs. 310 y 311. VILLABRIGA, V.,
op.cit. págs., 33 y 42. BELTRAN LLOR1S, M., Notas arqueológicas sobre Gallur y
la comarca de' las Cinco Villas de Aragón, en "Caesaraugusta", Zaragoza,
1970, p.68. ESCAGUES, I., Las cinco villas de Aragón, Vitoria, 19, p. 181.
(5). Sobre esta forma y la anterior vide UNZU URMENETA, M.,
Cerámica pigmentada romana en Navarra, en "Trabajos de Arqueología
Navarra" 1, Pamplona, 1979, págs. 263, formas, 13, 272 y 11.
(6). VEGAS, M., Cerámica común del Mediterráneo Occidental, Barcelona,
1973, p. 4, fig. 15. MEZQUIRIZ, M.A., Pompaelo I, p. 285, fig. 133, Pompaelo
II, fig. 33, n? 14.
(7).
MATTINGLY, H., Coins of the roman empire in the british Museum, London, 1966,
vol. Ill, lám. 90,8,p.480.