miércoles, 13 de noviembre de 2013

01.10.01.02 La Vizcaya vuelve a poblarse por un día (29.06.2010)



La Vizcaya vuelve a poblarse por un día
Deshabitada más de medio siglo, esta zona montañosa entre Sada y la Valdorba acogió el domingo una romería

Algunos oriundos de La Vizcaya posan el domingo en el interior de la iglesia de Sabaiza. M. APESTEGUI

A.V. . PAMPLONAMartes, 29 de junio de 2010 - 04:00 h.
LLEVA deshabitada más de medio siglo, pero quienes nacieron en las casas de piedra de sus poblaciones y tuvieron que abandonarla, y sus descendientes, no han roto sus lazos con ella. La Vizcaya, pequeña comarca montañosa ubicada entre Sada y la Valdorba, al sur de la sierra de Izco, acogió este domingo una romería que congregó a 200 personas. Fue una jornada de reencuentro de antiguos vecinos y que reivindica la historia de esta zona.

Su recóndita ubicación, un suelo no apto para el cultivo y la industrialización, entre otras razones, llevaron a que todos los habitantes de La Vizcaya de por aquél entonces, más de 120, acabaran por dejarla atrás mayoritariamente entre los años 40 y 60 en busca de un mejor porvenir. Así, se fueron despoblando Sabaiza, Guetadar, Gardaláin, Usumbelz, Julio, Arteta, Loya y Eizco (éste ultimo ya lo había hecho en el siglo XIX). Hoy, casi todas sus edificaciones están en ruinas. En Irangote, otro lugar, vivía un ermitaño.

La mayoría de familias se trasladaron a Pamplona, Tafalla o Sangüesa. Posteriormente, la Diputación Foral fue adquiriendo los terrenos y configuró la actual finca forestal de Sabaiza (3.500 hectáreas), donde se ubica también el albergue juvenil de Guetadar.

Más adelante, hace unos 30 años, se promovió esta romería cada último domingo de junio. "Fue idea del sacerdote Pedro Sola, de Moriones, localidad de la zona, y de Lucía Orzanco, de Guetadar. La gente de La Vizcaya siempre se llevó muy bien", destaca Eugenio Lecumberri Seviné, sacerdote de 70 años con familia de Gardaláin y uno de los organizadores actuales de la cita.

Fiesta dominical
El domingo, la fiesta arrancó con un almuerzo en la fuente de Sabaiza, una procesión con la virgen de Irangote hasta la iglesia de Sabaiza y una misa. Aquí se recordó a todos quienes descansan en los cementerios, y a los fallecido este año: José Antonio Salinas, Joaquín Ripalda, Lucía Orzanco, Argimiro Zaratiegui, Fulgencio Oroz, Concesa Armendáriz, Consuelo Lecumberri, Ricardo Usunáriz y Ramón Tiebas. Ya después hubo aperitivo, sorteos, juegos y una comida con 140 asistentes.

"El tiempo nos respetó y reinó el buen ambiente. Vienen ex vecinos y descendientes. Es una forma de honrar a nuestros orígenes", sentenció Eugenio Lecumberri.