martes, 16 de julio de 2013

01.11.2 El Castellar - Xabier (De Jose Maria Recondo)

El cerro de Xavier ofrece algunos indicios prehistóricos, que hoy por primera vez señalamos: tres achas y dos fusayolas, en un nivel recientemente excavado y perteneciente al neolítico, que abonan la presencia del hombre en el cerro y corrigen en el nombre de Xavier la novedad absoluta que el topónimo pudiera dar a significar.

De dos formas pudiera entenderse "lo nuevo" en la denominación Echeberría,
Casa Nueva. Una renovación v. g. del Castellar en Xavier explicaría "lo nuevo" por contraposición
a "lo antiguo".

También pudiera entenderse el significado de Xavier, como una innovación, algo nuevo que comienza a ser, sin referencia, ni contraposición a algo más antiguo.
En ambos casos hay que contar con la presencia en el cerro de los residuos prehistóricos ya mencionados, sin que haya podido darse una gradación de niveles y culturas superpuestas hasta la Edad Media.


Advirtiendo con Taracena que el topónimo del «Castellar», tan abundante en España, designa fortificaciones imprecisas, más próximas a los castros y a las fortificaciones prehistóricas que a las medievales, no llegamos a excluir, sin embargo, de la versión toponímica la posibilidad de un emplazamiento medieval. Certeramente, según el mismo autor, el pueblo da nombre preferentemente con el topónimo del Castellar, a ruinas y «canteras», antiguas, desprovistas de la monumentalidad
propia de un castillo. Pero, en contra de una limitación, como la propuesta por Taracena, vemos erguirse, medievales, los Castellares de Lérida, Zaragoza, Teruel, Murcia y Badajoz.

El carácter defensivo del Castellar de Xavier se hace patente en la muralla de circunvalación que rodea el perímetro de la cumbre en una longitud de 180 m. por los lados N. O. y S., quedando interrumpida en el lado oriental, por una visera rocosa, verdadera muralla natural.

A los pies de la muralla y a lo largo del lado N. se abre un foso, excavado tal vez al extraerse de la mina el material de construcción del poblado. En el mismo foso, de cuya intencionada fábrica dudaba Taracena, se hallan los restos de un pozo.

La cronología del castro fué intentada por Taracena en prospección, señalando cuatro momentos característicos, sin lograr la exclusión de posibles sincronizaciones (1).

Las hachas del neolítico halladas por Escalada (2) indican el primer momento, sin que su existencia arguya una habitación en el castro, mientras no se pruebe que hubiesen pertenecido a un taller, pudiendo ser objetos depositados en un momento de caza o de lucha.

La industria de la que nos quedan más indicios es de origen hallstático, como la arquitectura del castro es de origen posthallstático.

Hay un período romano tardío, imperial, acreditado por la paloma de Xavier, objeto de los denominados osculatorios, y por la presencia de un templo romano en las inmediaciones del castro,
que hace años llegamos a redescubrir.

El cuarto momento en la Edad Media viene dado por la presencia de algunos tiestos medievales, de barro gris.

Sin más datos arqueológicos, suministrados en las excavaciones, para reponer en el Castellar una defensa medieval, nos queda en cambio el recurso y la prueba documental de diversos testigos del siglo XVI, en favor del Castellar medieval, el primer Castillo de Xavier.

Los pastores roncaleses, trashumantes por Xavier, conocieron los que hasta ahora creíamos templo romano y castro, en forma de ermita y castillo.

«Ottrosi que la yglesia que esta cabe el castilaz de chabier o ermita que dizen derrocada se llamaua e llama san felices e no santa cruz e esta cabo solía ser el castillo viejo de xabierr e era hermita o basilica del dho. Castillo» (3).

Pero Lópiz, vecino de Urzainqui, «dixo tener noticia de la yglesia que esta cabe el castillo viejo de xabierr y aquella se a llamado y se llama sant felices» (4).

Sancho Lópiz, vecino de Burgui decía «que la yglesia o ermita questa cabe el castellaz viejo de xabierr aquella siempre se a llamado e se llama sant felizes» (5).

Si los testigos roncaleses presentados por doña María de Azpilcueta testimoniaban la medievalidad del Castellar y de la ermita de San Felices, los de Sangüesa, confirmando ambas antigüedades y emplazamientos, se limitaban a impugnar la advocación de San Felices, llamando a la ermita «la Santa Cruz de Xavier». Reduciremos las numerosas citas a la del articulado de Miguel de Veramendi, procurador de Sangüesa: «Ottrosi digo que Sta. Cruz de xabierr es una ermita derrocada cabo el cabeço e castellaz de xabierr donde antiguamente el Castillo o casa de xabierr solía ser edificada e despues fue derruydo aquel e mudado y reedificado donde agora esta» (6).

Luminoso documento sobre los orígenes de Xavier, cargado de retrospección arqueológica. El Castellar es la cuna de Xavier y Xavier es la «casa nueva» en contraposición a la casa antigua del Castellar. El Castellar, con toda la rica gama de variantes, como el Castillaz, el Castellaz, el Castillar o el Castillo viexo (7) significa el origen remoto de Xavier, desaparecido en una gran destrucción de la que pastores y rabadanes referían un eco, evocando el lugar donde «antiguamente solía ser Xabier» (8).

La excelsa posición del Castellar dominando los Valles de Xavier y de la Onsella, concedía al emplazamiento furiosa entrevista con una doble línea de Castillos de Aragón.

Una cordillera de castillos con el Castellón de Petilla y el portillo y acceso al Castillo de Siberana, el Castillo de Rueyta y el Castillo de Sos; y en el hondón de la Onsella los Castillos de Lobera, Sotirana, Gordún, Ceñito y Navardún; la Torre Aguilar y Oyarda; las torres de Basaboz, Arbe y Fillera; Buzcalapueyo, Iso, Ull y El Real.

Siguiendo desde el Castellar de Xavier la línea del Aragón, a escasa distancia sobre el Portillo de Malpaso y vigilando la Cañada Real, aún en término de Xavier, en unas peñuelas, se alzaba la Torre de Adam. «Otrosí que cierta parte del dicho término se llama malpasso a causa de cierto portillo malo o paso malo e aspero que ay en el e tanvien se llama cabo la torre de adam por razón de una torrezica de piedra derrocada que ay en el...» (9). La Torre de Adam ¿arrastraría en su denominación la memoria de su posible fundador y antiguo dueño don Adam de Sada?

Nuevas torres y castillos escoltando la orilla del Aragón. Dejando atrás las torres de Ull y de Sangüesa, la de Mauleón y la de Añués, avistábase el Castellar de Xavier con los Castillos de
Peña, Cáseda, Gallipienzo y Ujué.

Una recapitulación visual de los castillos enclavados en la línea castramental del Río Aragón, se logra aún con mayor perfección, desde la cumbre del Castillar de Leyre, enhebrando las cotas de los citados castillos, enfilados en una línea recta. Nítida la línea castramental del Río Aragón, es la línea de Norte a Sur que cruza a Xavier, es la gran vía de comunicación del valle pirenaico a la tierra llana, temible camino de invasiones agarenas y uno de los primeros cauces de la Reconquista navarra, abierto entre las victorias de Ollast y de Ocharren u Ochavierre (10).

En la dirección Este-Oeste encontramos otra línea de castillos, en la que queda incorporado también el Castillo de Xavier. Sin facilidades para establecer una cronología adecuada, sólo se puede pensar en encuadrar los castillos del confín de Aragón, en los últimos siglos de la Edad Media. Los castillos de La Torraza, el Castillón, La Torreta, parten desde Undués de Lerda y, siguiendo el valle del Río Del Arco, se unen con el Castillo de Xavier.

Notas:
(1) Excavaciones en Navarra, por B. Taracena y L. Vázquez de Parga. "Prospecciones en <<El Castellar>> de Javier" y los Casquilletes de San Juan de Gallipienzo. Revista. Príncipe de Viana. n.° XXII. 1946.
(2) Escalada. La Arqueología en la Villa y Castillo de Javier y sus contornos, pág. 46.
(3) A. G. N. Proceso de los jurados, vecinos y concejo de la villa de Sangüesa y Javier. Pendiente. Año 1521. Escribano. Juan Orbaiceta. fol. 10 v.
(4) Ibidem, fol. 21. v.
(5) Ibidem. fol. 33.
(6) Ibidem. fol. 24.
(7) En la variante más frecuente del Castellaz hallamos motivo para establecer una equivalencia entre las formas del Castellaz y del Castellar, paralelamente a la experimentada en la equivalencia el Molinar y el Molinaz de igual raigambre aragonesa. Ambos sufijos son aumentativos dialectales de Aragón, aún en uso en el Valle de la Onsella, comparables a otros más frecuentes; como de rincón, rinconaz y de caballo, caballaz...
(8) A. G. N. Proc. cit. fol. 50.
(9) Ibidem. fol. 21 v.
(10) Garibay. Compendio Historial. III, XI, 22.