jueves, 7 de junio de 2012

02.85 Santa Criz-Eslaba - Ciudad Romana

Es Santa Criz la principal población del Periodo Romano en


Santa Criz ya era un poblado en la prehistoria, y ha estado habitado hasta la Edad Media.

En zona de transición entre el Pirineo y el Valle del Ebro, la ciudad ocupaba un lugar estratégico, en una amplia atalaya, con panorámicas que alcanzan los Pirineos y dominando toda 

Es un"Clásico" de la Arqueologia Nabarra, y esta situado en



Vista aérea de la zona de la Civitas, a sus lados restos prehistóricos y medievales



Un poco apartada, a unos 300 m., se ebcuentra la zona de  la necrópolis

La necrópolis vista desde el foro queda justo debajo Beragu

Vista desde el cerro este


EL NOMBRE DE SANTA CRIZ
"Respecto del nombre con que se conoce hoy el lugar –Santa Crís– siempre nos ha resultado sugerente la conexión entre la Ant(onia) Cr(h)ysaeis que aparece como dedicante de una placa funeraria hoy conservada en el Museo de Navarra y procedente de las cercanías de la antigua ciudad romana (AE, 1971, 199) y el topónimo Santa Crís, como si el cognomen de aquél personaje hubiera permanecido en el recuerdo de las gentes del lugar y, después, debidamente “sacralizado” se hubiera aplicado al montículo en el que se ubicó tan notable ciudad del ámbito vascónico." 
(de     OPPIDA IMPERII ROMANI - Javier Andreu)


Ya que en la placa aparece la figura de un Administrador Público,

La Administración de la Provincia Hispania Citerior (Pablo Ozcariz)
No se conserva ninguna inscripción relativa a la estancia de ningún gobernador en esta zona.
Tampoco parece que hubiese ningún Legado Jurídico. En situaciones normales, los asuntos municipales se solucionan en el propio municipio. No era requisito indispensable para administrar justicia la presencia in situ del magistrado. Por el contrario, podía utilizarse el medio epistolar para solucionar los casos. La validez de este sistema era la misma que la de un juicio presencial. En nuestra opinión, es posible la estancia del jurídico en Calahorra (Calagurris), incluso para Pompaelo.
Tampoco es conocido ningún procurator ni portorium, si que había en la provincia funcionarios relacionados con los censos.
El último cargo publico no municipal conocido en este territorio es eI dispensator Athenio. Su inscripción fue realizada por Ant(onia) C(h)rysaeis, probablemente su compañera. La labor de un dispensator público era la de ser un encargado de una caja pública, de la que era administrador y a partir de la cual realizaba los pagos. Athenio debió de morir mientras llevaba a cabo su labor en este territorio.


HISTORIA DEL DESCUBRIMIENTO

En 1917 es Juan Castrillo, párroco de Sada, y delegado para la Val de Aibar, de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra, el primero que documenta en el Boletín qu e imprime dicha Comisión, el encuentro de algún hallazgo prehistórico en la zona de Santa Criz.

Se trata de un "Hallazgo Histórico", hallazgo de un miliario que marca el paso de una vía de comunicación en tiempo de los romanos. Se encontró cerca de la Fuente del Moro, junto al llamado Camino de Galipentzu.

Se trata de una columna de piedra cilíndrica, de casi 2 metros de altura y 45 cm. de diámetro, que lleva tallado un texto de trece líneas 


En el documento de Juan Castrillo, hace la traducción del texto, y se pregunta quien pudiera ser Cayo Julio Vero Maximino. Juan Castrillo no lo sabía, pero en su suposición lo acierta, debía ser muy culto. Ahora sabemos que "Gaius Julius Verus Maximinus" llamado "Maximino el Tracio", que sufría gigantismo y con 2,58 fué el emperardor mas "grande" de Roma, lucho con los germanos, los dacios, los sarmatas. Hace 2000 años ya lo sabían en Santa Cris. También Juan habla de fragmentos de miliarios encontrados en los cercanos Casquilletes de San Juan, término de Galipentzu, y trata de dibujar la vía de comunicación entre esta zona, Zangoza y Unx.

En el mismo 1917, en un documento de Fidel Fita desde Madrid, hace dos anotaciones sobre la transcripción de Juan Castrillo, confirma que fue en tiempos de "Maximino el Tracio", y escribe poco mas sobre el periodo.

En los años siguientes Francisco Escalada localiza multitud de restos  por toda la zona, algunos de gran importancia como varias lápidas, capiteles, fustes, etc… que hoy se guardan en el Museo de Navarra, y algunos en el de Xabier. En 1918 se encontró en Eslaba, en el término de la Encinosa un Ara a Jupiter, hay muchos mas restos epigráficos en Gure Lurra – Nuestra Val,  ponemos este como ejemplo.


En 1944, el despoblado fue explorado también por los arqueólogos Blas Taracena y Vázquez de Praga. Ambos documentaron entonces el basamento de un templo, y restos de estructuras de vivienda, «concretamente de una casa con impluvium, esto es una especie estanque para recoger el agua de lluvia», dice Rosa Armendáriz. Posteriormente, Maluquer de Motes, María Ángeles Mezquíriz, García Bellido y Carmen Castillo publicaron también en distintas fechas algunos nuevos hallazgos.



a adm.
Sin embargo, hasta 1994, no se plantea una excavación arqueológica sistemática del término. Esta última fue realizada finalmente por las arqueólogas Rosa Armendáriz, Pilar Sáez de Albéniz, y Charo Mateo




quienes han prospectado exhaustivamente el término en varias etapas.
«Aunque hicimos algunos sondeos anteriores, las primeras prospecciones fueron en septiembre de 1994 y en febrero de 1995», dice Pilar Sáez de Albéniz. «Entonces contamos con el permiso del Gobierno de Navarra, y con una ayuda económica de la Sociedad de Estudios Vascos>>.

"El primero de los motivos que nos llevaron a solicitar un permiso de excavación en el año 1995 el deseo de constatar mediante sondeos la riqueza arqueológica que ofrecía la zona, la cual habíamos observado al realizar trabajos de campo e investigación bibliográfica sobre el yacimiento. El conocimiento que pudiéramos obtener sobre el mismo, a partir de estos trabajos, nos permitiría diseñar un conjunto de medidas protectoras, encaminadas a una mejor preservación del yacimiento, para el futuro.

El segundo..... Constatación definitiva de la entidad del yacimiento que se perfila como un asentamiento urbano con capacidad suficiente para actuar como centro aglutinador de una serie de pequeños núcleos dispersos por las inmediaciones, y localizados en la prospección intensiva realizada en 1994. y la Existencia de una élite de población con recursos económicos suficientes como para sufragar edificios públicos de gran envergadura y costearse las inscripciones funerarias (no podemos obviar que el cerro de Santa Criz es uno de los lugares de Navarra donde mayor número de documentos epigráficos se han localizado)...."

Después de las primeras prospecciones, y debido al potencial del yacimiento y a su influencia que debía tener en su entorno, las mismas 3 arqueólogas Rosa Armendáriz, Charo Mateo y Pilar Sáes de Albéniz, continúan realizando intensos estudios sobre Santa Criz y la zona.

en 1997,  realizan una Prospección de todo el término Municipal de Eslaba, si bien se habían levantado "cartas arqueológicas" de algunos municipios, esta es seguramente la exploración mas completa de un término municipal encontrándose 81 yacimientos arqueológicos, varios de ellos Protohistóricos y de la Edad de Bronce y Hierro, y de ellos 43 con restos de época Romana.

1.1.  Etapa Romana

A la  escasez evidente de población durante la Edad del Hierro, sobreviene un auge considerable en el momento de la romanización. Esta realidad, demostrada de manera fehaciente al finalizar la prospección intensiva de campo, se materializa en el hallazgo de 43 yacimientos con restos romanos (mapa 5).


Estos puntos presentan una clara jerarquía interna, apreciable fundamentalmente en la cantidad y calidad del material recogido.

De todos, el principal establecimiento romano es el yacimiento de Santa Criz, al que deben remitirse los hallazgos de principal importancia: epigrafía, escultura, estructuras in situ y abundante material cerámico y metálico. Este núcleo, a nuestro entender, se trata de una ciudad, aunque no consideramos la acepción del concepto ciudad en los mismos términos que civitates, sino como centro aglutinador de una serie de asentamientos dispersos bajo su influencia, que hunde sus raíces en la Edad del Hierro.

Se ha venido afirmando desde hace tiempo que, a partir del siglo l d. C., el ager vasconvm empieza a cubrirse de villae, que coexistirían con pequeñas explotaciones o minifundios dispersos por todo el término. Las grandes villae y los pequeños asentamientos, de acuerdo con el grado de autarquía del que gozasen, tenían una mayor o menor coexión con los centros urbanos más cercanos: Ilvmberri o Santa Criz (?), punto éste último que esperamos aclarar por medio del estudio pormenorizado de la distribución espacial de los núcleos.

Los asentamientos detectados en el término, pueden dividirse en categorías: por una parte tenemos las villae propiamente dichas, donde a la funcionalidad agrícola se le une la intencionalidad de hacer habitable el lugar. En esta categoría destacamos los sitios de Valuriáin y el Alto de Janduba, así como la villa de Lerga en la muga con Eslava (mapa 6).






Pasamos a describir someramente algunos de estos yacimientos:

VALURIÁIN En una pequeña elevación desde la que se divisa Santa Criz, en el paraje de Ostériz, a 504 m. s. n. m. y dominando el Barranco de los Pozos, se encuentran vestigios de lo que fue una villa romana. De ella quedan numerosos restos constructivos dispersos por las laderas, material de construcción de sillarejo, fragmentos de hormigón y una serie de losetas que guardan una disposición regular que bien pudiera tratarse de un suelo. Igualmente se encontró un torculario y una basa de columna. Entre los materiales cerámicos se comprobó la abundancia de TSH decorada y lisa, cerámica común, dolia y un fragmento de vidrio verde.
Tanto por su altitud, como por la existencia de agua en las cercanías, así como por la constatable fertilidad de las tierras que la circundan, sería idóneo para este tipo de asentamientos.
No parece arriesgado en absoluto interpretar el topónimio Valuriáin como el genitivo del cognomen Valurianvs.
Por último señalar que la destrucción del lugar ha sido muy importante debido a las labores agrícolas. También la conducción del gaseoducto de ENAGAS pudo afectar a la conservación de este asentamiento.

ZABALEA El yacimiento de Zabalea se encuentra situado en lo alto de un cerro denominado por los vecinos del pueblo como Alto de Janduba. Las laderas presentan una fuerte pendiente y la cumbre está formada por tres plataformas, fruto de los aterrazamientos para las terrazas agrícolas.
En el primero de los niveles, cultivado con olivo y almendro, se recoge dolia, TSH y cerámica de cocina romana. El segundo está ocupado por viñedo y en él se recoge algún fragmento de dolia. La parte más alta del cerro está sin cultivar y aquí aparecen dolias, restos constructivos, tanto dispersos como embutidos en un muro de contención que rodea el cerro. Entre el segundo y tercer escalonamiento, se ha podido localizar un tramo de muro perteneciente a una construcción antigua. Tanto los restos constructivos como la cerámica, se extiende también por las laderas del cerro.

LA VENTA III El día que se realizó la primera prospección de la zona (22 de septiembre de 1994), la tierra acababa de ser labrada, lo que permitió apreciar importantes restos de argamasa romana, que se disponían en una línea de aproximadamente un metro de anchura y paralelo al camino de Pisaldea. Evidentemente, esta argamasa pertenecería a una edificación de época romana. Junto a esto se encontraron abundantes restos de cerámica TSH lisa y decorada, dolia y común.

PISALDEA I El yacimiento denominado Pisaldea I se localiza en el paraje del mismo nombre, a la sombra del cerro de Vizcarda. Se ubica muy próximo al río Indusi y a tan sólo 10 m. de su cauce, encontramos restos de una pavimentación romana, formada por pequeños fragmentos de dolia y piedras unidos por argamasa. También se hallan restos de dolia de considerable tamaño. Estos restos se concentran en la parte más Occidental de la finca y justo al lado, se encuentra un viñedo con una concentración de dolias, que pueden pertenecer a un edificio dedicado a la explotación agrícola.
Posiblemente, y relacionados con esta estructura están los dos elementos constructivos hallados a unos cien metros de este lugar y que se denomina Pisaldea III.
Es importante señalar que, cuando años atrás se construyó el corral nuevo de Pisaldea, aparecieron intactas varias vajillas de almacenaje romanas.

EZPONDABE IV De este lugar se recogen numerosos restos de cerámica romana, como dolia, TSH y común romana en buen estado de conservación. También se recuperan dos fragmentos de vidrio de tono azulado y un resto de talla de sílex.

NÚCLEO URBANO DE ESLAVA Aquí se ha localizado un ara dedicada a Peremusta, que por las referencias de los descubridores, suponemos que la pieza apareció en el patio interior de la Casa Castillo, enterrada en el mismo y en posición vertical, que bien podía ser su depósito primario. Las características del cerro sobre el que se asienta Eslava, la existencia de otra inscripción empotrada en la fábrica de una casa y el hallazgo de este ara, seguramente in situ, nos mueve a considerar el núcleo urbano como solar de otra villa de características, desafortunadamente desconocidas.

SANTA CRIZ, De todos los hallazgos realizados, destaca por su importancia arqueológica el denominado cerro de Santa Criz, importancia que viene dada, tanto por la abundancia de material epigráfico, constructivo o cerámico, como por la calidad de los mismos. Además, debemos añadir que la dispersión de los vestigios y, por lo tanto del yacimiento, ocupan una amplia zona, extendiéndose por el cerro y por sus inmediaciones.
La bibliografía sobre los hallazgos arqueológicos en el término de Santa Criz es muy somera, reduciéndose en la mayoría de las ocasiones a breves alusiones incluidas en estudios de carácter general sobre la romanización en Navarra o a la publicación por separado, de los diferentes vestigios recogidos en este lugar.
  
Además, este yacimiento es uno de los lugares de Navarra donde más documentosepigráficos se han documentado, siendo de carácter funerario principalmente. Entre ellos encontramos un alto porcentaje de antropónimos y teónimos de filiación indígena (Piculla, Apruncla, Peremusta...) que nos plantean la cuestión de si nos encontramos ante una realidad protagonizada por un fuerte sector aristocrático indígena con disponibilidades económicas (¿Acaso esta hipotética aristocracia indígena es una pervivencia de una sociedad anterior a la romanizada?).


Santa Criz es una ciudad que ocupa mas de 20 hectáreas de extensión, con una necrópolis de 9.000 m2., la segunda de estas características encontrada en Nabarra, después de la de Iturissa. En el foro, lo que era la plaza pública, se han encontrado columnas y capiteles de tallado muy fino, e incluso, estatuas de mármol de gran tamaño, algo inédito en Nabarra.


«Parece ser por tanto que la ciudad se extendía por la vaguada, hacia la fuente del Moro, que estaba junto al barranco de Artamaleta. Y que al otro extremo de la vaguada en dirección a Gallipienzo, se encontraba la necrópolis». Es en el mismo 1997 se realiza una excavación pormenorizada en la Zona de la Necrópolis, en la que se encuentran los restos de 27 incineraciones humanas y la de un animal.

En el 2001, Rosa, Charo y Mª Pilar, y con la ayuda de J.M. Reverte, director de Paleopatología Forense de la Universidad Complutense, realizan un Estudio Metalográfico y un estudio Antropológico y Paleopatológico de los restos de las incineraciones halladas.

El 30 de mayo del 2005, el Gobierno autoriza el contrato del plan director de excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Santa Criz.

En la campaña del 2007 se realiza una Prospección Geofísica


en la cual se ve claramente la Topografía urbana, y se muestran las estructuras detectadas.




El 6 de octubre de 2008, se aprueba otra partida de 100.000 €uros.

Es en el tercer cuatrimestre de 2010, cuando de un yacimiento sobre el que en los años 30 del siglo XX se sabe ya de su gran importancia; el 29 de setiembre comienzan a aparecer noticias sobre "La ciudad Romana Oculta"...., se dice literalmente 

"con tanto potencial o más que Andelos o Arellano. Se llama Santa Criz y está pegado a Eslava, en el valle de Aibar. Bajo las piedras duermen los "tesoros".


"No existe en Navarra otro yacimiento tan completo. Santa Criz lo tiene todo: un sustrato prerromano fortificado con muchos siglos de historia, una ciudad romana construida al margen del castro, y una ciudad de los muertos"
"Para encontrar restos de esta magnitud hay que ir a Andalucía. Hallar una ciudad de este calibre en Navarra es algo inédito"
«No sabemos si hubo después un poblado visigodo, ni si se formó una población medieval. Lo único que sabemos, por los yacimientos arqueológicos investigados, es que aquí se construyó una de las principales ciudades romanas de la zona media de Navarra»
«A las chicas jóvenes, se les decía: a Santa Criz no tenéis que ir, como si este fuera un lugar peligroso»
«Es posible que el denominado camino viejo de Gallipienzo, que pasa por aquí, fuera en realidad parte de la calzada romana que cruzaba Navarra de este a oeste: desde la canal de Berdún (Huesca) hasta La Rioja.»
De hecho, hay dos miliarios (mojones de calzada) encontrados cerca de Santa Criz, uno de ellos en la misma fuente de Moro. Ello avala la hipótesis de que la calzada romana pasaba por las faldas Santa Criz, separando -como era habitual- la ciudad de los vivos y la ciudad de los muertos.
«Aquí había algunos edificios monumentales como el templo, la curia, y un recinto amurallado» y restos de estructuras de vivienda, «concretamente de una casa con impluvium, esto es una especie estanque para recoger el agua de lluvia». También se han descubierto tres mausoleos a dado (con forma de cubo), característicos del mundo funerario hispano romano.



Escogemos en esta entrada unos cuantos elementos muy importantes que han sido encontrados en los Yacimientos de Santa Criz.

Nos escribe Pilar Sáez de Albéniz Arregui, una de las Co-Directoras de las excavaciones del yacimiento.